Aspecto de la instalación en la Capilla del Museo Juan Barjola de Gijón
La sociedad globalizada, donde el gran ojo panóptico de las grandes empresas tecnológicas vigila nuestra forma de vida para ubicarla en la cadena de algoritmos que terminan desembocando en la inmensa cadena del ‘big data’, es el eje de la muestra. Así la pieza central de la instalación rememora la habitación 101 de la obra ‘1984’ de Orwei donde las personas podían ser alienadas hasta perder su identidad.
La instalación “Las Flores de Ares”, su crónica de guerra y horror. Un relato cronológico del horror que recorre las últimas tragedias del XIX, hasta la destrucción de ciudades como Alepo o Palmira, Biafra, Sarajevo, Srebrenica, Nom-Pen, Beirut, Anfal, Tumbuktu… Diecinueve piezas simbólicas dedicadas a diferentes lugares, batallas y ciudades destruídas y arrasadas.
El arte, las artes, es el mejor instrumento para ‘explicar’, o mejor dicho,denunciar el horror de la guerra, el exterminio y la muerte de pueblosenteros, los genocidios en una y otra parte, a lo largo y ancho del mundo,la desesperanza de la huida y los desplazamientos de millones de sereshumanos». El artista cántabro Eloy Velázquez en los últimos años hadedicado sus exposiciones a transmitir por medio de contundentes instalaciones estos sentimientos, «hurgando en la llaga de nuestras conciencias». Quien así lo define es Fernando Zamanillo, historiador,crítico y comisario de exposiciones, uno de los exégetas del nuevo proyecto de Velázquez.
De como unas vigas del siglo XVIII mutan en figuras. La madera uniendo el pasado con una parte vergonzosa del presente. El arte más comprometido plasmado en un retrato colectivo, en un retablo sobre la deshumanización, la desigualdad, el desarraigo, la diáspora, la marginación, las barreras, las fronteras como escudos, la incomprensión, el dolor al cabo. Eloy Velazquez, siempre inquieto y explorador, ha realizado una obra escultórica que escapa de sus dimensiones y se postula espejo cotidiano, crónica de actualidad. El conjunto escultórico está compuesto de 55 personajes, 4 retablos y 23 esculturas exentas de tamaño real, talladas en maderas procedentes de esas vigas del siglo XVIII que en su dia afloraron durante las obras del Centro Botín, a unos metros del muelle Calderón donde ahora se mostraran transformadas en la denuncia del creador.
La exposición se encuentra protagonizada por una instalación escultórica que lleva por título «La Llegada», compuesta por un total de 28 figuras exentas de hombres y mujeres, a escala natural, que representan los tripulantes de una imaginaria patera procedente del África subsahariana en el momento en que arriban a la playa de su punto de destino. Los materiales son algunos de los más recurrentes y familiares en la trayectoria densa y siempre en proceso y evolución de Eloy Velázquez: «madera para los cuerpos, que irán reforzados con un esqueleto de hierro, y gres refractario para las cabezas». Como en toda la actividad profusa del artista , sea el grabado, la escultura o la pintura, un largo proceso de investigación, documentación y recolección de materia prima ha precedido hasta llegar ahora a la muestra que han organizado la Autoridad Portuaria y la Universidad de Cantabria.» (El Diario Montañés. 22 abr. 2011)